Akihabara, el orgullo friki

こんにちは queridos lectores…

Sí, ya sé que llevo algún retraso con los posts, tened un poco de paciencia. Hay días que se hace muy cuesta arriba, después de todo el día por ahí sentarse a escribir anécdotas. Imagínate caminar una media de 15 o 20 Km, con una humedad del 1000% y unos agradables 45º de sensación térmica durante horas y horas. Al volver al hotel y darnos una ducha no es que me quite la ropa, es que me la tengo que despegar… Pongámonos al día.

Hace un par de días nos subimos a la Tokyo Tower, una especie de Torre Eiffel muy famosa desde la que las vistas prometían ser estupendas, dado que se ve desde toda la ciudad. Todas estas cosas se reservan online, que viendo el mogollón de gente que hay por la calle es mejor llevar las excursiones más o menos apañadas. Hace días que compré las entradas, y con cierto mosqueo he estado mirando los correos que me mandaban cada día en perfecto japonés sin tener muy claro si me habían tangado los 15 eurillos por persona que cuesta. A base de traductor de google (que con el japonés le cuesta, la verdad) más o menos me enteré de que las entradas no están disponibles hasta el mismo día de la reserva, así que nos presentamos allí a la hora del atardecer enseñando el móvil a la señorita de información a que me dijera qué tenía que hacer… Detrás de mi 3 o 4 europeos con la misma cara de Alfredo Landa y la misma duda que yo. Y al final nada, ningún problema. Le enseñas el correo a la chica y ella se encarga de todo. Una gloria. Las vistas muy espectaculares, por cierto…

Ayer, que era nuestro último día en Tokyo, nos metimos la media horita larga de metro para llegar a Akihabara, el barrio electrónico y friki de la ciudad, que ya recordábamos de la última vez. Aún existe (aunque muy mermado) un mercadillo de componentes electrónicos a la salida de la estación, pero el resto del barrio (y sobre todo los callejones laterales que salen de la avenida principal) están llenos de tiendas para frikis buscando figuras de personajes de manga y anime, comics de dudosa legalidad y cacharrería electrónica en general. Los puestos y tiendecillas de componentes tienen buena pinta, pero los de gadgets ofrecen una mercancía con aspecto de falsificación china que da cosa hasta cogerlos a ver cuánto pesa. Porque eso de comprarte el último iPhone o Samsung Galaxy por una fracción del precio oficial no se si engañará a alguien a estas alturas, a menos que quieras dejarte engañar. El caso es que allí estaba yo tan agusto, friki entre frikis mirando conectores de audio bañados en oro con cara de experto…

Después una última batida a las tiendas de regalos y chorradillas de Shibuya, una (bueno, varias) pintas en la cervecería de abajo y listo.. Vamos con la sección gastronómica.

Antes de meternos en el mogollón de Akihabara nos vimos un templo / santuario bastante chulo, alejado de la masa turística, y desde ahí dimos un paseo de 10 minutillos a un restaurante que Elena había encontrado (preguntando al ChatGPT que se ha convertido en un gran recurso en los viajes) para comer soba, unos fideos fríos que se mojan en salsa muy típicos. Gran descubrimiento, un local super antiguo de 1884 (atendido por señoras que tenían pinta de llevar trabajando allí desde su fundación) sin turistas y con una comida buenísima a cuatro duros

Para cenar nos fuimos a otro tugurio de ramen, en los que los japoneses cenan solos en la barra, absolutamente delicioso. De los de máquina en la entrada, servicio inmediato y babero para taparte, porque es imposible comer eso sin que salpique… Mi cena de anoche:

Y para terminar, un par de vistazos del aspecto del garito:

Y adios a Tokyo (tenemos un día final allí antes de coger el vuelo de vuelta, pero no se lo que nos dará tiempo a hacer). Esta mañana, muy temprano, cogimos un uber, un tren bala y un express para venirnos a Takayama, que por la pinta que tiene, podría compararse a Guetaria o Pedraza: Todo lleno de españoles curioseando en las tiendas de artesanía y souvenirs. Elena dice que debe haber alguna influencer famosa en Instagram que haya estado aquí y por eso hay tanto nacional… Mañana después del turismo monumental doy más detalles.

Luis y Elena

Un comentario sobre “Akihabara, el orgullo friki

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  1. jajaja no se trata de las “influencer famosas”, es por cosa vuestra, que lo pusisteis de moda hace 14 años y ahora,… A mi me pasó con la isla de Ons, antes eramos cuatro gatos-flautas y ahora es benidorns…

    Por cierto, el garito es como la tienda de armas de pulp fiction (por fuera, claro)

    ¡Gracias por la cronica!
    Seguid disfrutando

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