Hanoi, la perla de Indochina

Hanoi, la perla de Indochina

Queridos lectores, aunque cada año me juro a mí mismo que será el último, un año mas me lío la manta a la cabeza y me veo arrastrando al otro lado del mundo el dichoso portátil para poder bloguear y cumplir así con las expectativas y la exigencia del público. Claro, también cada año cuando volvemos a casa me juro que se acabaron los grandes viajes, que por muchas cosas chulas que uno vea por ahí, se tarda demasiado en llegar y, sobre todo, en volver. Y mira, seguimos igual, otro año mas en Asia… Como ya habréis adivinado, este año es Vietnam, un destino que hasta hace poco era bastante exótico, original y cerrado. Estos días, comentándolo con la familia y amigos, resulta que un montón de gente ha venido aquí, así que para muchos de vosotros no habrá grandes sorpresas. Aun así, seguro que nos las arreglamos para meternos en sitios poco recomendables (algo más sobre esto en la reseña gastronómica).

Sobre el contexto histórico no vamos a dar mucho la lata, todo el mundo se lo sabe. Fue parte de la Indochina francesa hasta la segunda guerra mundial, luego se metieron en un fregado con los marines de tres pares de narices, del que salieron siendo un sólo pais unificado y oficialmente comunista. Hasta hoy, que siguen siendo oficialmente comunistas pero tienen la ciudad llena de bancos y tiendas de lujo. Muy curioso. En los mostradores de facturación de Barajas, cuando vienes a Vietnam tienen obligación de hacerte una pequeña encuesta, porque si vienes menos de 15 días no hace falta visado, pero si tienes pensado combinar el viaje con, digamos Camboya que está aquí al lado, ya se complica el papeleo. Y una tercera entrada en menos de dos semanas implica entrevista personal con las autoridades de inmigación. Seguramente con inspección corporal cercana… Ah, también hemos aprendido que no se puede facturar un portátil, por si alguien lo estaba pensando. Me han hecho abrir la maleta, sacarlo del maletín y meterlo en la mochila. Por si explota…

El viaje bien, 7 horitas a Dubai, un par de horas de espera en la muy lujosa zona de tránsito de Emirates, 6 horas más a Hanoi y aquí estamos, día y medio sin dormir (sí, ya lo se, soy el único pringado que no puede dormir en los aviones) pero con muchas ganas de conocer otro sitio nuevo. Sólo estaremos aquí un día, mañana nos vamos a bucear a un sito que se llama Nha Trang, pero luego volvemos un par de días a patear la ciudad. Con tan poco tiempo, el plan hoy no daba para mucho más que dar una vuelta por los alrededores del hotel. bastante bien situado en plena zona turística llena de bares y restaurantes muy poco pintorescos pero con prometedoras terrazas y larguísimas cartas de cerveza. En uno de esos nos hemos metido a rehidratarnos despues de la primera maratón de casi 15 minutos andando, Para cenar llevaba yo unos días con ganas de hacer el paletillo en un tugurio infame llamado Bún Chả Hương Liên (fácil ¿eh?) conocido porque allí llevaron nada menos que a Obama. Todo viene de la serie que echaban en el canal Viajar de Anthony Bourdain, un chef de Nueva York que, cuando no cocina, se dedica (o dedicaba, ya no está entre nosotros) a recorrer mundo haciendo exactamente lo que hacemos Elena y yo en vacaciones, pero cobrando por ello: Por todo el mundo probando cosas, lo mismo lo llevan a un tres estrellas Michelín que lo invitan a una barbacoa en Texas. El caso es que andaba el hombre por aquí cuando una cumbre que había, y se le ocurrió llevarse al presidente a probar Bun Cha al garito mas cutre y mas guarro que pudo encontrar, pero dónde lo hacen de miedo. El garito sigue siendo igual de cutre y de guarro, pero ahora tienen las fotos del evento por las paredes y se han hecho famosos. 

Esto del Bun Cha consiste en dos platos, un mega rollo de primavera relleno de gambas, pescado y carne, sin apenas verduras, y un bol de sopa con carne de cerdo guisada al que se le echan fideos de arroz y lechuga. Todo acompañado de una Hanoi Beer del tiempo. No está mal. Aunque sólo sea por la gracia de lo de Obama ha estado gracioso. Y barato, Me ha costado la friolera de 186000 dongs (casi 7€). Menos mal que al salir del hotel hemos ido al cajero a sacar millón y medio de dongs, porque no admiten tarjetas. Seguro que a Obama la cerveza se la dieron fría…

Mañana a la playa, cuatro noches en el equivalente vietnamita de Gandía, pero al menos descansaremos y habrá las habituales crónicas épicas sobre buceo. Creo haber visto en el mapa que al lado del hotel hay una cervecería artesana y todo…