こんにちは ¡Hola!
Aquí nos tenéis, 14 años después, repitiendo el viaje con el que empezamos el blog. Mucho ha llovido desde que mandábamos las crónicas por email, hasta ahora que no nos queda más remedio que arrastrar un portátil por medio mundo. En los cinco continentes hemos escrito aventuras y chascarrillos y la verdad es que, por mucha pereza que de algunos días ponerse a contar la jornada, al final resulta bastante gratificante. Vamos con el de éste año.
Debe ser un poco a causa de la crisis de la mediana edad, pero desde el año pasado nos ha dado por repetir los sitios que más nos han gustado, así que mientras el cuerpo aguante, y antes de que nos fallen las fuerzas o las ganas, decidimos hace un par de años volver a aquellos destinos que más nos impactaron o en los que lo pasamos mejor. El año pasado (aunque fuera de temporada por temas geográficos) nos fuimos a Australia, y éste verano hemos vuelto a Japón. Con más experiencia y más mundo y con ganas de aprovechar mejor lo que hace 14 años no pudimos aprovechar. Tenemos aquí las dos próximas semanas de turismo absolutamente hardcore que supongo que nos dejará agotados pero inmesamente felices.
Ciertamente preparar un viaje a Japón pensando en las cosas que queríamos hacer es una trabajera importante. Son mil cosas que planificar y llevar preparadas, aparte de vuelos y hoteles. Traslados, billetes de tren, entradas, visitas y tours… Hemos tenido que renunciar a alguna actividad glamurosa que habíamos visto por internet por motivos variados: Días disponibles, accesibilidad, oportunidad, precio… Habíamos visto un glamping frente al monte Fuji precioso, con unos habitáculos puestos en las faldas de la colina de enfrente con una pinta estupenda, a unos 900 y pico pavos la noche…Ni hablar, una cosa es hacer el turista y otra es hacer el torcuato. Así que nos hemos concentrado en tres localizaciones. Tokyo, Takayama y Kyoto. Vamos con la crónica.
Llegamos ayer martes después de unas breves 27 horas de viaje, con escala en Dubai volando con Emirates, que nos pareció la mejor combinación. Sé que algunos de los que me leéis tenéis pensado hacer éste mismo viaje, así que antes de contar más aventuras, algunos consejos:
* Los trámites de inmigración y aduanas ahora se pueden hacer online y, aunque las webs del gobierno japonés son igual de malas que las de la administración pública española, algunas gestiones inevitables se agilizan si las llevas hechas desde casa. Aún así, la hora larga que te cuesta salir del aeropuerto no te la quita nadie.
* Lleva una wifi portátil. Fundamental. Enciéndela en cuanto aterrices porque te va a hacer falta el google maps hasta para encontrar el baño de la terminal.
* El transporte privado (taxis, Uber y demás) tiene un precio desorbitado. Hay autobuses que viajan entre el aeropuerto y los hoteles de Tokyo relativamente baratos y sencillos de usar, y un mostrador de información en la terminal en dónde te indicarán el número de la parada. Una vez más, llevar esto organizado con antelación ahorra bastantes problemas.
Ciertamente hemos notado que muchas indicaciones en los aeropuertos y estaciones ahora están en inglés, que es algo que hace 14 años no pasaba, por lo que moverte por la ciudad es infinitamente más sencillo ahora que antes. Necesitarás un JR Pass (el equivalente al Interrail en Europa) y una tarjeta Suica (el abono transportes, que sirve en la mayoría de ciudades turísticas). Con eso y el google maps no tendrás más problemas que encontrar la salida de la estación de metro, que algunas tienen un tamaño que es un auténtico despropósito…
Vamos con la crónica diaria. Debimos dormir anoche más de 12 o 13 horas seguidas, después del considerable palizón del viaje, pero esta mañana (no diré primera hora porque me da vergüenza) hemos solventado sin más problemas los trámites de canjear el JR Pass (comprado desde casa) y sacar la tarjeta para el metro, y nos hemos echado a andar. No hace más calor que en Madrid, lo que no quiere decir que la temperatura sea agradable (es una torradera que se caen los pájaros de los árboles) pero tampoco es una cosa aplastante que te impida andar por la calle. Hay por todas partes una gran cantidad de máquinas expendedoras de bebidas, que funcionan perfectamente y admiten todo tipo de medios de pago, de las que hemos hecho hoy un uso importante. La primera visita ha sido el Santuario Meiji, uno de los templos más famosos y más venerados de Tokyo, que está en el centro de un bonito parque y al que se llega fácilmente siguiendo a los turistas, dando un paseo bastante agradable…

El parque está en un barrio turístico llamado Harajuku, en el que destaca una calle peatonal de tiendecitas curiosas que se llama Takeshita Street (no se si Takeshita debe ser diminutivo de Takesha igual que Teresita lo es de Teresa…) que ya conocíamos de nuestra visita anterior. La idea era dar una vuelta por el barrio, comer por allí (ver reseña gastronómica al final) y ver de comprar alguna cosa de turista como debe ser, y no se ha dado mal la cosa. Elena ha comprado un kimono. Sí, de geisha. O eso creo, no tengo ni idea de las clases de kimono que hay o de si, aparte del de geisha, los hay de abogada o ingeniera. El caso es que ha salido encantada de la tienda con su kimono nuevo y un plan en la cabeza para que mi madre se lo acorte, que parece que queda un poco largo…
De ahí nos hemos ido andando hasta Shibuya, que, como todo el mundo sabe, es el barrio dónde va la chavalería de Tokyo a comprar ropa friki, y en el que está el famoso paso de cebra que sale en todas las peliculas y documentales de Japón. Es un sitio bastante divertido, la verdad, un laberinto de callejuelas con tiendas extrañas entre enormes centros comerciales, inmensos neones en las fachadas y ambiente ruidoso y animado en general. Eso sí, si compráis cualquier chorrada en algunas tiendas y te dicen que te devuelven el IVA, cuidado. Nos hemos tirado más de media hora en la cola de una de ellas esta tarde por 5 o 6 euros, que te dan ganas de renunciar a ello. Menos mal que nos hemos hecho amigos de nuestras vecinas de cola, una señora china, su hija y unas amigas, deslumbradas por los zuecos Adidas de Hello Kitty que Elena ha ido luciendo orgullosa por media ciudad hoy…
Hemos aprovechado la vuelta al hotel para probar que funcionan nuestros variados abonos transporte y hemos cogido el metro allí mismo, la maravillosa línea Yamanote que es el equivalente a la circular del metro de Madrid, y que pasa por todos los sitios turísticos. Dos paradas, 5 minutos y ya estábamos de vuelta en el hotel. Con la vista puesta en un local tipo pub inglés (completamente falso, por supuesto) a la vuelta de la esquina que nos ha servido para la imprescindible sesión de hidratación y relax tan necesaria después de un largo día de turismo

Reseña gastronómica
Es lo bueno de ser gente de mundo, ya sabemos dónde hay que ir y qué hay que pedir en según que sitios. ¿Y qué es lo que hay que pedir en Japón, todas las veces que puedas? Ramen. Lo hay por todas partes, es una cosa buenísima, vale cuatro duros y los sitios en los que lo ponen son, por lo general, garitos infames maravillosos. El de anoche estaba tremendo, un Tantanmen (o sea, ramen de Taiwan) con ajo negro delicioso, en un sotanillo oscuro de comer en la barra, y en los que se pide sacando tickets de una máquina. Grandioso.
Hoy en Takeshita hemos comido regulero en un sitio de panko (carne de cerdo rebozada) y anguila (algo mejor). La cena ha sido en un sitio de sushi descubierto de casualidad al pasar al lado, bastante bueno.

Poca cosa más por hoy, mañana tenemos visita a una torre (sí, ya lo se, lo de siempre) por la tarde, pero el esto del día improvisaremos. Seguiremos informando.
Luis y Elena
¡Como se os nota la experiencia trotamundos! Menudo viaje,… gracias al blog (y a los documentales de La2) es como visitar Japón ¡sin salir de Baredo! Pasadlo fenomenal. No soy gran fan del shushi pero esa tabla variada,.. ¡tiene un pintón!
Me gustaMe gusta
que envidia chicos! Pasadlo muy bien… seguid así de detallado que es lo más cerca de Japón que puedo estar 😂😂
Me gustaMe gusta
que bien tener crónica veraniega de nuevo! Disfrutad a tope que aquí esperamos las cotillas a que nos lo contéis 🤪😘
Me gustaMe gusta
no me habia logeado 😦
Me gustaMe gusta
No es por ser tiquismiquis pero «sitio de panko» seguramente sea un «sitio de tonkatsu» que es empanar cerdo como si no hubiese un mañana en panko (pan rallado japonés) y que está que te mueres con una salsa que hacen. Que no es por nada eh? pero si no sabéis viajar, dejad el dinero a los demás y ya nos encargamos. Si hacéis fake news vais directos a la cárcel según piséis suelo patrio. A disfrutar del viaje y shikke ni yoru ashimoto no kabi no hassei o fusegimasu!
Jaime el de la Menchu
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mucho listo es lo que hay….
Me gustaMe gusta