Holaaaaa, ¿cómo va el verano?
Aquí ya vamos cogiendo el ritmo a la dura rutina del turista en paraíso tropical. Aparte de bucear no hay mucho más qué hacer en este sitio (recordad, Hotel Morabeza, Santa María, Isla de Sal, Cabo Verde) y viendo las caras de aburrimiento del resto de los pocos clientes del hotel, demos gracias a que tenemos esa actividad por las mañanas. La verdad es que el hotel nos está encantando, y nos hemos enterado de que aquí están en temporada baja, por lo que apenas hay huéspedes, dato que contrasta con la enorme e insoportable masificación de otros años en otros sitios de infausto recuerdo. Aquí no hay problema en encontrar mesa para cenar o sitio en la terraza de cualquier bar. Hay ambientillo a última hora de la tarde, pero todo muy razonable.

Ayer empezamos el buceo, que se prolongará durante 5 días, a dos inmersiones diarias. Como forma de retomar la actividad no son pocas. El caso es que quitando el primer día y los despistes típicos de cuando no sabes cómo se hacen las cosas en cada sitio, el asunto está marchando bastante bien para llevar dos años sin bucear. El centro de buceo, que está enfrente del hotel, lo lleva un señor francés muy mayor que ya debería estar jubilado y que empieza a mostrar signos de deterioro cognitivo. No veas el show de los correos que me crucé con él para hacer la reserva y pagar la señál, me sorprende ahora que se enterase de algo. El caso es que tiene ahí dos o tres encargados muy competentes que son los que mantienen el negocio en marcha, buzos caboverdianos de intimidante tamaño y que saben muchos idiomas. Como no hay puerto, pantalán ni muelle, los embarques y desembarcos se hacen a nado, llevando el pesadísimo equipo andando por la playa. Menos las chicas; por alguna razón, están exentas de cargar peso así que Elena va caminando alegremente por la arena llevando sus aletas y dándome ánimos. Hemos salido al mar con tres franceses muy simpáticos, pero que, como todos sus paisanos, están genéticamente incapacitados para aprender ningún idioma. Como además son el Pueblo Elegido, es obligación del resto del mundo aprender francés… Por todo ello, las instrucciónes y charlas previas a la inmersión me las tiene que ir traduciendo Elena, que ha descubierto que hacer de intérprete para estas cosas se le da muy bien y se siente muy internacional así.

Las inmersiones muy chulas, eso sí. Visibiidad muy buena, temperatura aceptable (25º) como para llevar mi trajecillo corto (algo a lo que los de aquí, que llevan trajes secos de uso ártico, no dan crédito) y muchísima vida. Peces de colores por dónde mires, algunas tortugas y mantas, y hasta un tiburón nodriza (inofensivo, más sorprendido él de vernos a nosotros que nosotros de verlo a él). Hoy incluso una pareja de enormes peces globo dando vueltas uno en torno del otro en lo que, según nos ha contado el guía después, es una especie de danza de apareamiento. Ya ves, todos los días se aprende algo, y este conocimiento mío de hoy me será de gran utilidad a lo largo de la vida. Seguro.
El resto de las actividades son las típicas del turista. Despues de volver del buceo nos damos un baño en una de las numerosas (tres) piscinas del hotel y empezamos a trasegar cervezas Strela heladas, que despues del golf futbol pesca tenis buceo saben a gloria bendita. Hemos comido un par de veces en el muy pijo beach club del hotel, que ya encontramos un poco demasiado formal para la comida que a uno le apetece despues de ir al mar. Hoy hemos andado 5 minutillos al pueblo a comer hamburguesas en un sitio un poco alternativo que nos ha encantado… Ah, y ayer me quemé un poco la calva y ahora parezco un guiri de los de Benidorm…

Seguimos sin noticias de la maleta de Elena, ya está haciendo la lista de las cosas que llevaba dentro por si no aparece y hay que reclamarle a TAP que pague lo que debe. De momento se apaña bastante bien con lo que tenía en la mochila y un par de cosas que hemos comprado. Creo que esta tarde me llevan otra vez de compras a ver si aumentamos el escaso fondo de armario vacacional. Seguiremos informando.
Muy guapa en la foto Ele!
Cuñao, tas abrasao!!! Pide la langosta viva y te la pegas un ratito a la mejilla; chorrito de aceite y ahí llevas la langosta a la brasa… 🤪
¡Suerte con la maleta! Y, si no aparece: feliz shopping 🛍!
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Pues tan ricamente. Tiene muy buena pinta. Gracias por la crónica. Besos. Olga
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Guapa Helen!!! Luis también eh!! Coloraito pero guapo!!! 😘😘😘
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