Mugaritz, paréntesis y turisteando por Bilbao.

¡Hola de nuevo! Seguimos en nuestro “roadtrip” (viaje por carretera) descubriendo sitios preciosos y sobretodo (malquemepese, que me estoy pesando todos los días…ayyyy) ¡¡COMIENDO!!

Día 6 – jueves 5 de agosto, fue el día de comer en Mugaritz, como no teníamos mucho más que hacer en Astigarraga, desayunamos pronto (9:15) y luego haciendo tiempo en hotel leyendo y disfrutando del paisaje, hasta que nos recogió el taxi a las 12:35 porque la reserva la teníamos a la una. Como sabéis a Luis y a mí nos gusta lo de los “Michelines” y tenemos este hobby de “coleccionar estrellitas” así que teníamos mucha ilusión por añadir a nuestra lista las dos que tiene el restaurante Mugaritz.

ATENCIÓN SI ALGUIEN QUIERE IR Y QUE LE SORPRENDAN DEJA DE LEER HASTA QUE CIERRE EL CAPÍTULO MUGARITZ

¡¡A PARTIR DE AHORA HAGO MUCHOS SPOILER!!

Está en Errentería, a unos 10 mins en coche de nuestro hotelito rural, así que el viaje se nos hizo corto, el paisaje que lo rodea es muy verde, mucho campo. Es una casa grande donde está el comedor con grandes ventanales al jardín, y te reciben muy solícitos en la puerta para acompañarte a tu mesa. Lo primero que te dicen es que ahí no hay pan ni postre, ni orden en los platos, que pueden darte algo dulce pero entremedias… también te entregan un cuadernito que le llaman el glosario que tiene definiciones “muy inspiradas” de términos variopintos relacionados con la cocina, los sentidos, emociones… muy poético todo y un pelín ida de olla para nuestro gusto, pero nos dejamos llevar. Hay definiciones incompletas que te dicen que si quieres escribas tú y luego se las dejes… no hace falta que os cuente que ni mi glosario ni el de Luis se quedaron allí….

Bueno, vamos a la chicha… lo primero que te traen es un ¿plato? Bueno una cara, que nos recordó inmediatamente a Juego de Tronos, “The faceless men” y más aún cuando no sólo uno, sino tres de los camareros nos contaron que era la cara de una compañera de la cocina… que había que “comerse a besos” las florecillas y hojas que tenía encima. Nada de eso, ambos dos lo comimos con las manitas, sin acercarnos el plato a la cara… es ese que tenéis en la foto que es muy vistoso y original, pero poco práctico la verdad… y así seguimos, el menú consta de más de 20 platos, y tanto Luis como yo coincidimos en que es “demasiado” todo muy excesivo en cuanto a la técnica culinaria… un ejemplo nos traen un cuadradito que es una yema de huevo ¿fosilizada?, no me acuerdo pero estaba como las yemas de Santa Teresa pero en salado y en otro plato la clara, pero con una textura gomosa, que parecía polispán, ambas cosas saladitas, pero sin más chiste… el mérito está en conseguir que la clara y la yema queden así, pero vamos que en cuanto a sabor no me convenció nada. Sí que otros platos estaban buenos, pero al ser tantos es una miajita de algo, como por ejemplo una espuma de chipirón que era blanca como si fuese merengue a la que le ponían un chorro de fumé de chipirón en su tinta, que estaba delicioso.

Otro plato para contaros alguno más fue un “gajo” de melocotón con caviar… obviamente me comí primero el caviar – buenísimo – y luego el melocotón (como de postre) probé un mordisquito con ambos, pero no, no es algo que me guste junto y sin embargo por separado me rechifla, sobretodo el caviar!! Nos dieron también una croqueta de bacalao muy rica (que el camarero que nos la sirvió nos dijo que para él era de los mejores bocados del menú) y nos quedamos pensando/comentando que para que en un menú de esa categoría y precio lo mejor sea una croqueta de bacalao… ejem… pues eso…

Al acabar todos los platos y los vinos, que como íbamos a tutiplén también pedimos el maridaje (habíamos ido en taxi por algo)… nos dijeron que el café podía ser en el jardín, que era el primer día en semanas que habían montado la terraza, y la verdad es que muy agradable. De los vinos no os cuento, algunos muy originales, pero otros algo forzados, me acuerdo ahora mismo de un rioja de 1972 que según lo sirven levanté la ceja en modo “uff” tenía un color que no apetecía nada… la verdad y probablemente fue un vinazo, pero estaba ya feo, feo y en boca tampoco sabía a caducao…

Queríamos ir, fuimos y ya. No repetiría, la verdad. Tal vez mi expectativa (y la de Luis) era mucho más alta… o es que ya tenemos muchas estrellitas y debe ser complicado sorprendernos (¡olé ahí!)

Tendremos que volver a Diverxo para sacarnos la espinita… jejeje…

CIERRE EL CAPÍTULO MUGARITZ

Por la tarde estuvimos descansando en el hotel hasta las 7 y media o así que cogimos el coche y nos acercamos a San Sebastián, qué ciudad más bonita es… la verdad es que no teníamos pensando ir, pero estábamos a 10 mins en coche, buscamos un parking y nos fuimos a pasear por La Concha… la pena es que en media hora se cerró a llover y se acabó el paseo, así que nos fuimos a tomar unos pinchines (pintxines en euskérico) porque lo de que en Mugaritz no den pan… jajajaja… estuvimos en un par de bares, qué asco de pandemia, por las medidas anti-COVID, y que me parece perfecto, los bares ya no atienden en barra, esas barras de pintxos que eran una gloria… ahora han puesto mesas al lado de la barra y te sientas en esa mesa y bueno… a ver si acaba pronto esto y podemos volver a Donosti a disfrutar de los pintxos como Dios manda. Enseguida nos volvimos para el hotelito rural, con la alegría de al menos haber paseado un poco por San Sebastián.

Día 7 – viernes 6 de agosto – El día del paréntesis. Pasamos un día fantástico, comimos de pintxos en Guernica y luego fuimos de “crucero” en barcaza por el estuario de Urdaibai, que es un área natural formada en la desembocadura del río Oca, en la comarca vizcaína de Busturialdea. Ocupa una superficie de 220 km², nosotros recorrimos casi dos horas de ida y vuelta, y cuenta con una gran riqueza ecológica, por lo que fue calificada como reserva de la biosfera por la Unesco en 1984, ​ recibiendo el nombre de Reserva de la Biosfera de Urdaibai.

También se le conoce como estuario de Mundaca o de Guernica. Es por su extensión y grado de conservación, el humedal más importante del País Vasco, y una relevante área de reposo e invernada para las aves migratorias, de hecho, mucho nos habló el guía del Bird Center, están muy orgullosos de tenerlo allí (lo vimos a lo lejos). Por este motivo, así como por su interés natural, científico, educativo, cultural, recreativo y socioeconómico, se aprobó el 6 de julio de 1986 la ley que regula el uso y protección del área, declarándola Reserva de la Biosfera. Fue una excursión muy bonita y bien organizada, en la que además nos dieron sidra y txacolí además de productos típicos, que como no teníamos hambre nos los llevamos para casa.

Fue un día muy completo y en muy buena compañía.

Dia 8 – sábado 7 de agosto – Bilbao. Hoy nos hemos dedicado a patear Bilbao. Después de desayunar como reyes en el hotel (lo de las 5 estrellas se nota mucho en el desayuno, que hasta he probado un panal de rica miel natural!!), nos hemos puesto a andar por la ría, llegando enseguida al Guggenheim donde nos hemos hecho fotillos, el día estaba nubladote pero creíamos que aguantaría sin llover… aun así íbamos perfectamente equipados con chubasqueros y paraguas por si acaso… seguimos recorriendo el paseo hasta el puente de Calatrava, donde hemos “admirado” la alfombra antideslizante que le han tenido que poner porque con la humedad que hay esas baldosas de cristal más de uno se ha roto la crisma o la rabadilla seguro… llegamos al ayuntamiento y nos metimos por el Casco Viejo. Estaba todo súper animado, muchos turistas como nosotros, hemos ido viendo tiendecitas, los edificios, las iglesias, un paseo muy agradable. A eso de la una… nos ha dado un poco de sed, qué cosas… y nos hemos ido a la Plaza Nueva para tomar algo en una terracita… que si quieres, todo lleno y hasta con listas de espera, así que lo hemos dejado por imposible pero hemos encontrado otro bar en una esquina que teniendo la terraza llena tenia sitio dentro, y según nos pedimos los zuritos queda una mesa libre fuera y allá que fuimos, estupendamente!

Después nos pusimos rumbo a la zona de El Corte Inglés, no porque fuéramos a ir de compras, sino porque nos habían recomendado algunos sitios por allí. Todo llenísimo, como era de esperar, llegamos a La Antigua Cigarrería, donde había una mesa en la terraza que pillamos al vuelo, y nos dijeron que sí podíamos sentarnos pero a comer, así que… ¡tuvimos que comer! Y qué bien comimos… estaba todo buenísimo, lo primero me pedí unas gildas (dos) que me habían avisado que allí eran ricas, y vaya.. buenísimas.. me estoy haciendo experta catadora de gildas (put the blame on mame… jajajaja) también tomamos unas anchoas, un pulpo que nos lo acabaron en la mesa con el soplete y un arroz de chipirón, acabando con una torrija, todo regado con una botellita de txacolí, tan a gusto estábamos que estaba lloviendo pero bajo la sombrilla de la terraza fenomenal. Un sitio muy recomendable, por lo visto es bar de copas, pero dan muy rico de comer.

Después hicimos una ruta de reconocimiento de otros tres sitios de camino al hotel, que tardamos como media hora larga de paseo, al llegar Luis se quedó reposando y yo me crucé al centro comercial que me llama mucho la atención que un sábado por la tarde estaba casi todo cerrado, ni Zara, ni HM, ni Mango… sólo las zapaterías y perfumerías.. zapatos no compré pero gel hidroalcohólico monísimo El Primor si J

Esta noche cené una ensaladita, el cuerpiño dice que mañana o salgo a correr para compensar o estoupo… así que saldré a correr por la ría del Nervión. Mañana domingo en Bilbao y el lunes ya dejaremos el Pais Vasco para pasar a Cantabria…

Seguiremos informando. Besos y abrazos a todos,

Elena.