Bajo las nubes de Lima

Sí, ya lo se, este año llevo retraso. Varios días, además, que ya os oigo protestar por las redes sociales de la community manager… He hecho lo que he podido, pero es que no veas el ritmo de excursiones que llevamos. Ni para dormir lo suficiente tenemos tiempo. Una cosa tremenda. Este año, como ya sabeis nos hemos venido a Perú, tierra de los Incas, las montañas nevadas y la gastronomía de vanguardia. Y nos vamos a tirar un par de semanitas, con lo que habrá tiempo de sobra para ponerme al día con posts atrasados. Un poco de paciencia.

Llegamos a Lima el Domingo pasado, despues de unas breves 12 horitas de vuelo (afortunadamente directo), a la muy intempestiva hora de las 5 de la mañana. Ni las calles estaban puestas aun, no digamos ya la habitación del hotel. Vamos siempre a los Melia, que aparte de estar por todo el mundo, nos tratan muy bien y con mucho peloteo por la tarjeta de Elena, gracias a la que nos prometieron tener una habitación sobre las 10. Bueno, mira, encima nos dan de desayunar en la zona pija exclusiva. Hotel muy animado, porque además están celebrando aquí los Juegos Panamericanos, que son como las Olimpiadas pero sólo de América, y tienen el hotel hasta arriba de atletas portorriqueños y dominicanos. Todos enormes y con aspecto muy saludable. Los platos que se sirven en el buffet del desayuno son asombrosos…

Ya instalados, y con las herramientas del turista preparadas, nos lanzamos a la calle a explorar la ciudad, de la que no teníamos demasiadas referencias. Todo el pais está plagado de atractivos turísticos, pero la capital no tiene apenas interés. Tiene otra desventaja, está cubierta permanentemente por una espesa capa de nubes bajas (que llaman «Panza de burro») debido a las corrientes de aire húmedo que bajan desde los Andes, y que apenas les dejan unos pocos días de sol al año. Además es invierno y hace frío, con lo que la actividad turística no es muy apetecible. Si al cielo cubierto y la baja temperatura le añades el hecho de ser Domingo por la mañana, os podéis imaginar el aspecto de las calles: Desierto total. En cuanto al transporte, nos llevamos la agradable sorpresa de descubrir que aquí Uber y Cabify funcionan perfectamente, así que nada de andar regateando con taxistas poco honrados el precio en moneda extraña de las carreras. Se acabaron los problemas de desplazamientos urbanos. Otra recomendación para viajar a cualquier pais del mundo fuera de Europa: Haceros con un cacharro que se llama wifibox. Es una wifi portátil que funciona en cualquier sitio en el que haya cobertura, se conectan los móviles a esa wifi y ya puedes usar por la calle las mismas aplicaciones que en casa. Imprescindible el google maps.

La primera parada de la excursión urbana fue un sitio llamado Ovalo de Miraflores, frente a un parque que tiene el bonito nombre de Kennedy. Nada especial, un sarao callejero relacionado con los juegos panamericanos y unos cuantos artistas vendiendo cuadros y láminas de dudosa calidad. Tenía yo pensado ir a comer ese día a un sitio muy recomendado, pero que no admiten reservas, y del que me dijeron que mejor fuéramos pronto (antes de la 1) para evitar esperas, y como estaba a una media hora andando, nos pareció una buena opción darnos el paseo. Barrio aburrido, sin el menor interés, de locales cerrados a cal y canto, calles desiertas y cielo nublado. Un horror, no lo hagáis, no vale la pena…

Despues de comer (mas detalles en la sección correspondiente) nos acercamos al paseo marítimo que estaba al lado, en un parque algo mas animado con familias volando cometas y parejas paseando al perro. Ambientazo, ¿eh?, qué queréis, esto no es Rio de Janeiro en carnavales, no pidamos demasiado. Bastante cansados ya, pedimos un cabify y nos volvimos al hotel a descansar un rato, que no había muchas cosas mas qué hacer por ahí. Al menos, a un par de manzanas («cuadras» que dicen aquí) hay un centro comercial bastante grande, que nos dio para hacer tiempo antes de cenar, y listo. Cenamos en el hotel (nada destacable) y a dormir, que despues de mas de 36 horas en pie se agradece una barbaridad

Ah, el dia siguiente ya fue otra cosa. Nada que ver con el que uno padece nada mas llegar a los sitios. Los pocos monumentos destacables en Lima están en el centro histórico, que conserva cierto aire colonial, y para allá que nos fuimos en nuestro amado cabify. Coincidió con el día de la Independencia, que es gran fiesta nacional. y esperábamos mucho ambiente, mucha banda de música y mucho desfile… Pues nada de nada. La plaza mayor (que en Perú llaman Plaza de Armas) cerrada por el ejército, porque habia manifestación. Ambiente callejero de golpe de estado suramericano de los 70, de verdad, no les han cambiado el uniforme a los soldados desde hace 40 años al menos. Cómo sería la cara de desolación que teníamos que nos paró un chico por la calle a preguntarnos si queríamos unirnos a un paseo guiado gratis, de esos que ahora hay en todas partes. Aceptamos, por supuesto. Tampoco es que hubiera muchas opciones mas…

Nos llevaron por las calles de alrededor de la Plaza de Armas, explicando los pocos edificios con algún interés, y terminando en un puente bajo el que han colocado la estatua de Pizarro que antes tenían en la plaza, como escondiéndola. En cualquier caso, el guía fue bastante diplomático en las explicaciones al grupo (pareja colombiana, pareja argentina, y nosotros) diciendo que no nos correspondía juzgar la historia, pero sí contar los hechos. En fin, no nos metamos en ese jardín, el paseo fue bastante interesante en cualquier caso. Y encima, al final, nos invitaron a probar el famoso pisco sour, la bebida nacional, en un tugurio de unos amigos del guía, mientras te explican cómo se hace y esas cosas. No está mal, aunque con los cuarentaypico grados que tiene el mejunje, con tomarte uno vas de sobra…

Poco mas que contar de Lima, que no tiene el menor interés turístico salvo el gran nivel gastronómico y de restaurantes que hay, lo que me da pie para inaugurar la temporada de la sección estelar del blog:

Reseña gastronómica

Había leido por internet la recomedación de Daviz Muñoz (sí, con z, el marido de la Pedroche, el friki antipático que tiene el Diverxo en Madrid) sobre un sitio en Lima, al que calificaba como uno de sus favoritos de todo el mundo, así que no podía dejar pasar la oportunidad de probarlo. Sitio de ambiente familiar, de paredes abiertas que no llegan hasta el techo, muy bien puesto y con pinta de batalleo. Tremendo. Nos apretamos de entrada un ceviche de cangrejo y erizos que era una cosa espectacular, nada que ver con platos similares que te ponen en Madrid. Hasta a Elena, que no soporta el cilantro, le encantó. Nos dieron tambien un pescado frito en tacos, de aspecto parecido al cazón, pero de sabor totalmente distinto, muy bueno.

Al día siguiente, para hacer caso a la recomendación de mi amiga Minigor, nos acercamos a un sitio llamado Panchita aun mas lleno que el anterior. y con el mismo ambiente ruidoso y animado. Mas especializado en carnes, y de un nivel de asado considerable. Tremendo…

Mañana (y los próximos días), turismo hardcore de grandes madrugones y desplazamientos maratonianos. Gran pais este, y no sólo en tamaño. Gente encantadora, sonriente y tranquila. Ha resultado ser un sitio mucho mas civilizado de lo que yo me esperaba. No hay cómo viajar para quitarse prejucios….

2 comentarios sobre “Bajo las nubes de Lima

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