La comida callejera del Old Quarter

Sorpresa, hoy doble post… ¿Nadie ha echado en falta la sección estelar del blog en la entrada anterior?, tranquilos, está todo pensado. Me pareció que la reseña gastronómica merecía hoy una crónica propia dedicada, que hay mucho que contar. Teniamos contratado desde casa un tour guiado de comida callejera por el barrio viejo de Hanoi (el Old Quarter o French Quarter), una actividad que inauguramos el año pasado en Taipei y que estoy seguro que ya debe poder hacerse en todas partes. Seguro que en Madrid hay una de tapas. 

La cosa consiste en que un guía te va llevando de puestos de comida (o bares, o restaurantes, o tugurios sórdidos) y se encarga él de pedir y de explicarte lo que estás comiendo. Nos parece una forma estupenda de probar cosas nuevas y de meterte en locales en los que no entrarías solo ni loco. Por ejemplo, entre otras cosas, hemos descubierto que los rollitos que en España llaman vietnamitas, aquí tienen un nombre distinto según el sitio dónde los hagan. Ya hemos oido rollitos tailandeses, rollitos imperiales, y hoy, rollitos de primavera. Que se llaman así porque en la antigüedad se solían comer en el año nuevo lunar, que suele caer en primavera. Eso nos ha contado la muy peculiar guía que nos ha tocado, una chica menudilla llamada Ted que hablaba muy bien inglés porque había estudiado en América. Igual de rarita que todos los guías que nos caen en suerte, que le vamos a hacer.

Nos ha recogido en el hotel a las 6 y pico, se ha retrasado porque hacia las 6 estaba cayendo una tromba de agua monzónica que daba miedo acercarse a la ventana. De hecho, cuando nos hemos presentado, le hemos preguntado si podíamos mover la cosa al día siguiente, con la esperanza de que no lloviera tanto, porque no se podía ni salir a la calle. Ha tenido que llamar a un taxi para que nos acercara al Old Quarter en lugar de hacer el paseo de unos 20 minutos que tenía pensado. Una cosa tremenda que ha convertido las calles en ríos, y ha debido inundar partes de la ciudad. Al menos ha sido breve, al cabo de media hora ha parado y nos ha dejado hacer la ronda mas o menos bien. Gran ambiente callejero, no se qué día debe ser hoy, pero en la parte antigua había conciertos por las calles, algunas incluso cortadas al tráfico que es algo muy de agradecer. Vamos con las reseñas

En primer lugar, el célebre Nhà hàng Nét Huế, un restaurante sorprendentemente bien puesto en el que hemos comido Nem lui: Una brocheta de carne de cerdo asada que se come envuelta en un rollito que te montas tú mismo con lechuga, hojas silvestres de plantas raras, una fruta desconocida y piña, todo ello envuelto en papel de arroz y mojado en salsa de cacahuetes. Tambien hemos probado la otra variante, llamada Banh khoai, que en lugar de brocheta de cerdo lleva una especie de empanadillas de gambas. Muy rico todo

Despues, el no menos célebre Xôi Hiền, un tugurio de tres pisos minúsculos, de los de comer acuclillado sobre una banqueta de palmo y medio de alto, famoso por su Xoi xeo ga: Arroz pegajoso con pollo, guisantes, grasa de pollo y cebolla frita. No es gran cosa, pero para 40000 dongs que vale, qué queréis: Al cambio son 1.52€

El siguiente establecimiento no tiene ni nombre, porque consiste básicamente en una señora y su marido sentados en el portal de su casa friendo rollitos de primavera en aceite de girasol, cuyo nombre en vietnamita es Nem ran. Seguramente muy poco higiénico, pero el caso es que estaban buenísimos y nos ha servido para enterarnos de lo del año nuevo lunar. Da igual si es verdad o no, el caso es no quedarse callado la próxima vez que salga el tema.

Continuamos con el famoso Phở Gà Thanh Hợp y sus encantadoras mesas corridas, suelos de azulejos y calendarios de pared del siglo pasado. Su Bun cha ha adquirido fama mundial, y nosotros los expertos en Bun cha sabemos de esto. Bastante mejor que el que le dieron a Obama, dónde va a parar. Ya recordaréis, es un bol de salsa a base de aceite, agua, especias y un poco de azúcar, dónde se echa panceta de cerdo a la brasa y un par de albondiguillas tambien de cerdo. Aparte te traen lechuga con hierbas campestres y una especie de fideos de arroz, se echa todo en el bol, se le da vueltas, y se empuja con una cerveza fría.

De postre un helado de coco con ralladura de coco sobre un arroz verde. Se pone verde porque le echan hojas de plátano al cocerlo. Desengrasa bastante bien. Esto ha sido en el Chè Ngon – Trôi Tàu, por si os lo estabáis preguntando. ¿Quién no ha oído hablar de este veterano local junto al mercado nocturno? Un clásico…

Del paseo por el mercado nocturno y las peleas con el regateo hablamos otro día, que hoy ya habéis tenido demasiadas emociones fuertes. chúc ngủ ngon

6 comentarios sobre “La comida callejera del Old Quarter

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  1. Jajaja, pues la verdad es que no… de hecho el rollito pelin grasiento… pero lo peor para mi fue la grasa esa amarilla del mismo con el arroz empastrao que me dio bastante reparo…. me he hecho una finolis con esto de mi cambio de Vida! Aún así lo probé todo lo que nos dieron, lo mejor el primer plato de rollito hecho por nosotros mismos y el helado de coco que estaba muy ligero y nada dulce…

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  2. Lo importante es comer comida real y no procesados, congelados, lights y demás historias… y eso tiene pinta de ser muy «real»La verdad es que o del tour gastronómico es muy buena idea, eso si teniendo «valor»Nos vemos en la Galia

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