El Old Quarter

Xin chào, ¿cómo andamos? Por aquí, aparte de un leve jetlag, todo bastante bien. Desde que no usamos agencias de viajes y organizamos todo nosotros por Internet la cosa es mucho mas emocionante, nunca sabes si el tío con el que estás intercambiando correos ha entendido bien todo. De momento los vuelos internos, que suele ser lo mas problemático, han ido bien. Vamos con el capítulo diario.

Anoche caimos reventados no mas tarde de las 9 y media o las diez, despues de la interesante cena en bar de famoseo, así que hemos amanecido a primerísima hora con cierto despiste de horario y fecha, pero con ganas de seguir viaje. Por la mañana un paseo por el viejo barrio francés de Hanoi, que se llama French Quarter, y que tiene dentro la parte colonial mas antigua llamada Old Quarter, a solo 10 minutillos andando desde el hotel. No demasiadas cosas que ver, por lo que nos ha dado tiempo, salvo una horrorosa catedral construida en el siglo XIX a la que le va haciendo falta una limpieza de fachada. Imagino que mantener estas fachadas limpias es mucho mas difícil en un pais tropical que en la campiña francesa, pero no le vendría mal. 

El paseo por este pintoresco barrio, como por el resto de la ciudad que hemos podido conocer hasta ahora es cualquier cosa menos tranquilo. Los vietnamitas se desplazan mayoritariamente en moto, unos escúters de 150cc que se caen a pedazos pero de los que hay millones (y no creo exagerar), pululan por las calles como moscas, y los pocos coches que hay van abriéndose paso en el enjambre a bocinazos, contínuamente. Además no hay aceras usables, porque las motos aparcan encima, amontonadas y sin demasiado orden, con lo cual andar por la calle es impracticable. Es mas cómodo bajarte a la calzada y relajarte confiando en que no te van a atropellar. La calle se cruza a las bravas, esto es, buscas un hueco en el río de motos y, sin perderles de vista, andas tranquilamente hasta la acera de enfrente dejando que te esquiven y sin movimientos bruscos. Muy emocionante. Cómo será que en el programa de uno de esos paseos guiados que tanto nos gusta hacer (y que aun no hemos reservado), entre introducciones históricas y lista de monumentos, hay un punto titulado «Cómo cruzar la calle»…

A mediodía, despues de dejar la habitación, nos han llevado al aeropuerto para coger nuestro vuelo doméstico a Nha Trang, y como ya sabemos la estrategia de las low cost de trasporte de ganado que dan este servicio, no hemos tenido problemas. Esta chusma sólo tiene en la vida un deseo: Hacer el mal. Lo mejor es no darles excusas, si dicen que te cobran por facturar equipaje, desgaste de asiento o consumo de aire, págales y calla. Es lo mejor. Ningún problema, hasta estaba esperándonos en la salida el tío del hotel con el que habíamos estado cambiando correos para reservar el traslado desde el aeropuerto. Total, para cuatro duros que cobran no merece la pena discutir.

Y ya estamos en el precioso Evason Ana Mandara de Nha Trang, que es de una cadena de hoteles de lujo de mucho glamour. Lo tienen todo impecable, y el bungalow en primera linea de playa es una maravilla. Mañana vienen a las 8 a buscarnos para nuestro primer día de buceo, así que ya iremos contando lo de los pececillos tropicales y corales de colorines que tanto os gustan. Vamos con la sección especial para foodies y aventureros de la comida…

Reseña gastronómica

La comida la hemos hecho en el aeropuerto de Hanoi, cuya terminal doméstica me ha recordado a una estación de autobuses de pueblo en los años 70. No muchas opciones, pero hemos encontrado un pequeño y coqueto bistró que daban un menú combo a base de Delicias de carne de ternera picada a máquina con amor, pasada levemente sobre plancha de acero toledano caliente, servida entre dos panes artesanos en textura, acompañada de hojas de verdura de temporada y palitos de patata sumergidos en aceite a 180ª, maridada con refresco tradicional de cola servido en recipiento tradicional de hojalata. Pichisss…

La cena ha estado mucho mejor, en uno de los restaurantes del hotel. De entrante unos rollitos buenísimos de los que en España llaman vietnamitas y en Vietnam tailandeses (sí, lo juro), Elena se ha decidido por un salmón teriyaki y yo, que hoy estaba envalentonado, un cangrejo de concha blanda con salsa al estilo de Singapur (y esto no me lo estoy inventando) que se come entero con cáscara y todo. Ya veis, uno que con los piños nuevos se atreve con lo que le echen. Estaba bastante bueno, aunque un poco especiado de más. La cerveza, como en toda Asia, es una birria flojita que no merece la pena ni mencionar. Saigon Special la llaman, los muy canallas…

Mañana saldremos a dar una vuelta por el pueblo, que está aquí al lado, a ver si encontramos otro tugurio infame en el que envenenarnos a gusto. Hala, chúc ngủ ngon, mañana mas.

3 comentarios sobre “El Old Quarter

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