De vuelta en Asia: Taipei

Hola 你好 Nǐ hǎo

Al fin llegaron las vacaciones, y un año mas, como llevamos haciendo ya desde el 2010, resucitamos el blog de viajes con menos actividad de la red, para vuestro uso y disfrute. Este año, como habŕeis adivinado, volvemos a Asia, concretamente a Taiwan. Estaremos unos días en la capital, Taipei, de turismo hardcore, y la segunda mitad del viaje iremos al sur a bucear a un sitio que se llama Kenting. Vamos con la habitual introducción cultureta para entrar en ambiente. Lo primero que hay que saber es que Taiwan, a pesar de que el nombre oficial del pais es «República de China», no es China, no al menos en el sentido de pertenecer a China. Ya sabéis lo que nos gusta ir de viaje a sitios de pasado turbulento y dificil de explicar. Resumiendo, la isla que los portugueses llamaron con el bonito nombre de «A Ilha Formosa» (la isla hermosa) fue parte de China hasta la guerra civil que estalló despues de la guerra mundial, y en la que Mao Tse Tung se hizo con el poder frente al llamado Kuomintang de Chiang Kai-shek, que salió corriendo con su gobierno y se refugiaron en Taiwan en 1949. Como ninguna de las dos partes reconoció a la otra (como suele pasar), Taiwan siguió llamándose como el pais entero y Mao le cambió el nombre al resto, que pasó a llamarse República Popular China. Hoy en día, Taiwan no puede participar en ningún organismo internacional en el que también esté China, aunque en la práctica es un pais independiente y uno de los llamados «Tigres Asiáticos» junto con Hong Kong, Singapur y Corea del Sur. Hoy en día es una de las mayores economías del mundo y un pais próspero y seguro que no creo que tenga muchas ganas de pensar en la reunificación. Mira, para una vez que vamos a un pais rico…

Llegamos ayer por la tarde despues de un viaje francamente cómodo en la muy lujosa Emirates (impresionante lo del Airbus 380 con bar) a un hotel llamado Okura, muy orientado a los numerosos turistas japoneses que vienen de aquí al lado y en el que, como no podía ser menos, no faltan las reverencias de todo el personal al cliente. Yo creo que nos miran con cara rara porque somos, literalmente, los únicos turistas occidentales en toda la ciudad. O casi, apenas hemos visto un par de ellos por las zonas mas visitadas. Hace bastante calor, muy húmedo, pero el caso es que es mas soportable de lo que esperaba, desde luego mucho menos horrible que el año pasado en Puerto Rico. Tuvieron la semana pasada dos tifones dos el mismo día, pero para dar una idea del nivel de preparación que tienen, no pasó absolutamente nada. Eso mismo pasa en, no se, Filipinas, y se lleva el pais por delante. El caso es que apenas nos dio tiempo a dar una vuelta de reconocimiento por el barrio, que se llama Zhongshan (ojo, no confundir con Songjiang, que está al lado. De nada), comprarme unas zapatillas porque las que traía se habían roto, y cenarnos un ramen en un sitio al lado del hotel que tenía yo localizado hace semanas. Todos sabéis lo de nuestro problema de adicción con el ramen, ¿verdad?, pues no insistiré mas.

Tras una noche de pesadilla dando vueltas con un jet lag de morirse, hemos amanecido a media mañana con ganas de salir a patear la ciudad, así que perfectamente equipados con las herramientas e indumentaria del turista, nos hemos dado un paseito de sólo tres cuartos de hora hasta el memorial de Chaing Kai-shek. Ya os podéis imaginar, este tipo de cosas las hacen igual en todos los paises del mundo: Desmesurado. Le han montado al buen hombre una pagoda de no se cuantos metros de altura a la que se llega subiendo una cantidad de escalones totalmente absurda y lo han colocado todo al final de una explanada del tamaño de una finca de caza. Ni una sombra a la vista en todo el camino, llegas arriba, de verdad, aplastado. Y todo para ver una estatua inmensa, ni siquiera está enterrado ahí. Tremendo.

Hemos vuelto a nuestro barrio hambrientos y deshidratados, para comer en una franquicia de dim-sum (empanadillas chinas) que conocíamos de algún otro viaje exótico, y que nos encantan. Nos habremos apretado, con la tontería, unas 15 cada uno. Si, de esas mismas que en los chinos de España te ponen 4. Pues nosotros pedimos 30. Y un litro de cerveza. Elena me ha dejado ir a echar la siesta, muy necesaria hoy, mientras se iba de compras al dichoso Uniqlo que tanto le gusta y que, de momento, aun no ha aterrizado en España. Todo ello en preparación de la actividad friki del día, un tour guiado por puestos de comida callejera de un mercado nocturno. Sí, este año, en vez de arriesgarnos pidiendo guarradas sin sabe lo que son, lo hemos subcontratado, y las gurarradas (que de todas formas sigues sin saber qué son) te las pide un guía, Una guia en este caso, que se llamaba Jean y hablaba inglés muy bien. Luego mando detalles en la sección habitual, pero como resumen, el mercado (que sólo es de comida) se llama Yan San, lleno de puestos de comida callejera y tugurios infames en los que no entras tu solo ni de broma, con carteles de comida irreconocible y todo en chino. Como para enterarse. Algunos de los puestos llevan desde los años 70 (y sin renovarse ni cambiar una tuerca desde entonces), y uno de los «restaurantes» (por decir algo) al que nos han llevado llevaba desde los años 40. El caso es que acabas cebado, porque hemos comido 6 platos distintos y un postre. Muy interesante la experiencia.

Claro, un «mercado nocturno» asiático en el que no hay tiendas (por muy exótica que sea la comida) no cumple los requisitos mínimos exigidos, así que, recomendados por Jean, nos hemos subido al metro (despues de haber comprado antes nuestro flamante abono transportes) y en tres paradas de nada estábamos en un mercadillo turístico mucho mas del gusto del visitante. Y muy divertido, la verdad, no demasiado lleno de gente, y con tiendas apañadas. Ya os podéis imaginar que no nos ha costado mucho encontrar el mega puesto de bolsos falsos, además como aquí no se regatea, Elena está encantada preguntándome cuánto es en euros el precio de risa que le piden. Creo que ya tiene localizados un par de ellos mas, para los próximos días…

Reseña gastronómica

Vamos con la relación de guarradas exóticas de la cena callejera. Aquí al lado podéis ver el bonito collage con todos los platos. Por orden, si no recuerdo mal:

  1. Tiburón con salsa de sésamo, acompañado de una morcilla frita de arroz (que se hace igual que en España pero con la grasa del cerdo en lugar de la sangre) y una especie de chorizo muy parecido al chorizo malo que tan bien conocemos.
  2. Baos de cerdo marinado en sopa. Los baos son una especie de torta de arroz, estos los rellenan con cerdo que tienen marinando no se cuantos años, y lo cuecen todo junto en un caldo con verduras, Buenísimo.
  3. Codillo de cerdo con arroz y tofu. Sí, codillo de cerdo cocido, muy tierno pero prácticamente igual que el alemán o el lacón gallego. No muy exótico, salvo lo del tofu…
  4. Tortilla de ostras. Esto nos daba un poco mas de miedo, porque el aspecto del plato (y el del infame puesto esquinero maloliente dónde lo hacen) es francamente asqueroso, aparte de que no nos pegaba mucho esto de hacer una tortilla con ostras. Es uno de lo platos mas famosos de Taiwan, y la verdad es que no sabe ni parecido a lo que uno podría imaginar que sabe una tortilla francesa con ostras. Aquí son mucho mas suaves, y a todo le echan por encima una salsa agridulce un poco picante muy rica. Pasable
  5. Rollito de primavera. Para comer de pie en mitad de la calle, con wasabi por dentro. Parecido a los de los chinos pero muuuucho mas elaborado y mas sano.
  6. Noodles con salsa de sésamo y cacahuetes. Esto me ha encantado, son unos fideos chinos de arroz sumergidos en una pasta marrón de sésamo y cacahuetes que se te caen las lágrimas. Delicioso, ya estamos pensando llevarnos a España un bote de salsa, que nos ha dicho Jean que se vende ya preparada.
  7. De postre, una montaña de hielo picado con sirope al que le echan legumbres dulces cocidas. Muy curioso esto de las alubias dulces, pero ya no nos entraba ni una lenteja, así que nuestra simpática guía se lo ha llevado en tupper para echárselo al niño…

Gran experiencia, si señor, merece la pena. Además hemos descubierto unos cuantos platos y sabores con los que nos haremos los listos y enteradillos la próxima vez que vayamos al oriental del barrio con los amigos. Dejadnos pedir, que vais a flipar 😉

Poco mas por hoy, mañana, si consigo dormir algo tenemos día libre (sin actividades preprogramadas, vamos), igual nos montamos en el socorrido autobús turístico que te explican las cosas y no hay que andar. Seguiremos informando…

zàijiàn 再見

Luis y Elena

4 comentarios sobre “De vuelta en Asia: Taipei

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  1. noodlesssss que rico pinta eso. lo demás creo que no lo probaría jajaja mis primos cuando fueron a China perdieron cinco kilos porque decían q todo estaba malísimo jejejehe

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  2. taiwan, nada menos. No tenía ninguna referencia de allí, de hecho creo no conozco (mejor dicho conocía) a nadie que hubiera estado por allí, por cierto ni idea de que son una potencia gastronómica… lo del tiburón con morcilla, suena a clásico «mar y montaña»!

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