Estoy preocupado, ¿sabés?, a Elena se le está empezando a pegar el asento, vihte, Yha no dise «Ya», ahora dise «Yha», alaaaaaaarga las vocaaaaales, dise «acá» en lugar de «aquí» y se come la última letra de los imperativos: «Vení, andá, salí». Además, hemos tenido un incidente con los cajeros (o su funcionamiento), y a mí me ha cagado un pájaro en la camiseta. Ah, y tenemos un erudito argentino entre los seguidores del blog. Ya sabemos que el nivel cultural de la cosa no es muy elevado, apenas un escaĺón mas que copiar directamente de la wikipedia, pero hombre, marcarse un ensayo entero sobre la historia de las exploraciones patagónicas del siglo XIX a modo de respuesta me parece un poco excesivo. Se agradece, en cualquier caso, el trabajo que se ha tomado para corregir mis poco rigurosos comentarios históricos. Y menos mal que no se dio cuenta del error en el nombre del lago de glaciar, no es el «Lago Argentina», es el «Lago Argentino». Procuraré no columpiarme mucho hoy. Hagamos ĺa última crónica de ésta edición invernal…

Ayer tuvimos un breve episodio de estrés vacacional en el hotel de Calafate, porque te echan a las 10. Sí, de la madrugada. Tuve que pedirle a la chica de recepción que nos diera media horita, que andábamos algo justos de tiempo. No es que lleváramos mucho equipaje (dejamos los maletones en el hotel de Buenos Aires y sólo llevamos las mochilas con lo imprescindible para dos noches), pero ni con esas. Además el vuelo era por la tarde, con lo que pudimos aprovechar todo el día para el resto de compras pendientes y un aperitivo tradicional patagónico en terracita, a base de un famoso líquido que hacen allí fermentando el grano malteado de la cebada con lúpulo, servido frío con la espuma del carbónico encima. Muy rico y refrescante. No pudimos comer en el sitio que teníamos pensado porque los muy canallas decidieron que ayer fuera el primer día de la temporada que no dan comidas, sólo cenas. Con la reserva hecha en persona el día anterior. Aquí (¿acá?) lo que tienen es un morro que se lo pisan, de verdad. Mirá que sos pelotudos vos…
Llegamos muy tarde por la noche a Buenos Aires, pero inasequibles al desaliento, desafiantes ante el cansancio acumulado y el calor, esta mañana temprano (casi las 10) nos hemos echado a la calle armados hasta los dientes con las herramientas del turista y un plan bastante vago en la cabeza sobre lo que íbamos a hacer: Montarnos en el bus turístico. Tiene varias ventajas, como la de hacer turismo sentado, escuchar las explicaciones históricas (si las oye el erudito se levanta y le da una colleja al conductor, seguro) y, sobre todo, no tener que pensar dónde ir, ya deciden ellos por tí. Muy cómodo.

La primera parada dónde nos hemos bajado fue, otra vez, el barrio de la Boca, concretamente una zona que se llama «Caminito», muy turístico, vistoso y divertido. En las antiguas casas comunitarias (una especie de pensiones para inmigrantes), que se llaman «Conventillos» tienen montadas las tiendas de souvenirs. Nosotros, los amantes del turismo extremo y de aventuras, somos mucho de tiendas de souvenirs. No contábamos con la sospechosa situación financiera del pais, porque resulta que no admiten tarjetas en esas tiendas, sólo efectivo, y los tres cajeros tres que hemos recorrido estaban estropeados. Śi yo fuera un comerciante del barrio, les iba a montar un pollo a los bancos de tres pares de pelotas narices: Si no me trae cuenta admitir tarjetas (te hacen un 20% de descuento si pagas en efectivo, que es otra forma de decir que el 20% de comisión que les cobra el banco se lo cargan al comprador), y si no funcionan los cajeros de los alrededores, ¿cómo van a sacarle el dinero a los turistas? De verdad, despues de tener elegidas las cosas, te ves obligado a marcharte sin poder comprar nada.

Lo hemos medio solucionado alterando el plan: En lugar de hacer las compras antes de comer, lo hemos hecho despues, pero sacando dinero de un cajero en la otra punta de la ciudad. Vuelta al bus turístico, vuelta a bajar en el mismo sitio, y como cazadores, vuelta a las mismas tiendas a comprar, esta vez sí, las cuatro chorradas que teníamos localizadas. Todo ello esquivando a los bailarines de tango que pretenden cobrarte un ojo de la cara por hacerte la foto con ellos. Los japoneses y los brasileños caen como moscas en la trampa…
Poco mas ha dado de sí la cosa. Nos hemos acabado de recorrer la ruta entera del bus turístico, con ganas de haber tenido mas tiempo para recorrer otras zonas de la ciudad, sobre todo un barrio llamado Palermo que desde fuera tenía una pinta fenómena, lleno de terrazas, bares, y tiendas alternativas. Una última cervecita de fin de jornada turística y listo. Ah, y una breve visita a un Carrefour express a comprar mate para llevar de regalo y del que hemos salido con dos cajitas de mate, sí, pero también con 11 (¡once!) cajas de té y tres de alfajores, un dulce típico de aquí francamente asqueroso.
Reseña gastronómica
¿En serio?, ¿Todavía os interesa? Bueno, vale, por aclamación popular. La comida, en plena crisis de liquidez por la ausencia de cajeros, ha sido otra vez en Puerto Madero, en un asador estupendo llamado Cabaña las Lilas. Yo me he apretado dos trozos de carne de un corte llamado picaña tremendos, y Elena otro tanto de uno llamado ojo de bife. De entrante hemos pedido chinchulines, que a diferencia de como los hacen en el Calafate, aquí no son de cordero, fritos y con ajo, son de ternera y a la brasa. A ver si el erudito no nos protesta mas y esta receta le parece mas ortodoxa… Para cenar hemos ido a la pizzería que se nos pasó hace unos días, Los Inmortales, que tiene fama de ser la mejor de Buenos Aires. El sitio es antiguo y con solera, la pizza normalita. Al menos el precio es razonable y se cena bien.

Y se acabó por esta vez. El viaje nos ha encantado y, al menos a mí, me ha sorprendido bastante. Lástima, como siempre. no tener mas días, este pais necesita al menos dos o tres semanas para hacerte una idea mejor, es una maravilla de sitio. Mañana a las 3 de la tarde volamos de vuelta a Madrid, esperamos estar en casa el Domingo a primera hora de la mañana (qué tarde de sofá voy a pasar, por Dios, ya estoy babeando). Mandaremos un último post de cierre de temporada invernal. Deseadnos buen vuelo, nos vemos en el otro lado.
Luis y Elena
Chiculines bien viaje de vuelta. Besod
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Bienvenidos!!! Luis, eres fantástico como bloguero 😜👏🏻👏🏻👏🏻😘
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