Es increíble: Mas de 300 personas vieron el cutre post de ayer, escrito deprisa y corriendo, y con el agobio del silencio de los últimos días reconcomiéndome poco a poco. No se a quién le habéis contado el tema, pero como sigamos así voy a acabar creyéndomelo…
Se que lo estabais deseando, así que en agradecimento por el éxito, hoy monográfico de buceo. Lo se, lo se, no me debo dejar influir por esas cosas pero qué queréis, uno se debe a su público y hay que cumplir con lo que se espera de mí. Vamos allá.
Cómo ya sabéis, estamos en un hotel especializado en buceo, al que hemos venido porque está cerca de uno de los mejores sitios del mundo, una isla deshabitada que se llama Sipadán, y que es una reserva natural protegida por el ejército. Ya estuvimos allí hace tres días (en plena desconexión de comunicaciones) y choca ver, en el merendero que tienen montado en la playa para que coman los turistas, a los soldados armados hasta los dientes vigilando que nadie se salga del perímetro.
El barco sale a las 8 (sí, de la madrugada), con lo que tenemos que levantarnos sobre las 7. No os creáis que es mucho madrugón, total a las 9 o las 10 de la noche estamos dormidos como benditos. Siempre que viajas por el mundo te aclimatas enseguida al horario local. Despues del desayuno (por llamarlo de alguna forma sin decir tacos) nos vamos al centro de buceo, nos ponemos los neoprenos mojados (sensación agradable dónde las haya, especialmente a primera hora de la mañana) y al barco. La verdad es que los tíos lo tienen todo muy organizadito y muy cómodo para el turista, no tienes que preocuparte de tu equipo en absoluto, cuando subes a bordo ya te lo tienen todo en su sitio preparado y listo para usar.
Durante el trayecto (generalmente corto, no mas de 10 minutos en genera) es cuando interactúas con los demás turistas, que son los mismos de todos los días. Hay un chino muuuuuuuuy rarito que viaja solo y que se ha hecho muy amigo nuestro (¿y porqué son siempre los mas raros los que quieren hacerse amigos míos?, ¿Porqué no habré mantenido el contacto con Yiyo, mi amigo de la infancia, que ahora es un tío serio y formal, médico de renombre y que igual hasta me lee?;-) y que se puso malísimo el primer día que se montó en el barco, mareado hasta volverse verde, y que bucea el hombre con los brazos y las piernas abiertas como si fuera un paracaidista o tuviera miedo a caerse. Un show.
Cuando llegamos al sitio en cuestión, nos ponemos encima todo el aparataje (mas de 20Kg de hierro y plomo, oiga) y nos echamos al agua entre grandes resoplidos y aletazos al aire. Abajo. Ahí es cuando me entra la morriña, porque yo aprendí a bucear en Galicia, y el descerebrado de Panjón que me enseñó, denominaba a la visibilidad media allí como «no vernos las manos». Aquí es lo mismo. Debe ser la época del año, porque si no, no me explico la fama. Metes la cabeza en el agua y te hundes en una especie de sopa marrón completamente opaca, mirando el profundímetro (a falta de algo mejor) hasta que intuyes el fondo como un tropezón en la sopa. Elena y yo nos buscamos un rato entre el caos de buzos desorientados, nos alejamos un poco y esperamos a que el guía ponga orden, a base de dar en la botella de aire con un palito metálico que lleva, como si fuera un profesor. Pone a la gente en fila, y nosotros nos ponemos los últimos, huyendo del chino rarito que tiene bastante peligro con esa forma de bracear.
Cada vez que el guía (un malayo pequeñajo, renegrío y bizco que nos cae muy bien y que se llama Adman) encuentra algo interesante, le da con el palito en la botella «clac clac clac clac» y entonces es cuando se monta el circo. Seis o siete buzos apelotonándose todos a la vez atisbando qué bicho es el que hay que ver y sacarle la foto. Elena y yo nos quedamos pacientemente esperando a que se desenreden y se marchen, y entonces, con el espacio libre, nos acercamos a ver lo que podamos entre la polvareda en suspensión que han levantado los de antes. Y normalmente son cosas interesantes. Con los años hemos conseguido aprender el nombre de unos cuantos bichos, y como sé que vosotros apreciáis estos articulillos divulgativos, se me ha ocurrido hacer hoy una humilde introducción a la variada fauna submarina tropical. Os pongo foto de cada uno (laboriosamente tomadas y elegidas por Elena, la reportera gráfica de Molineros por el mundo), junto con una breve explicación:

Pez cocodrilo. Es un pez. Parece un cocodrilo. Peligrosísimo. Cuando te acercas se pone a hiperventilar como preparándose para lanzarte un mordisco y dejarte sin brazo, por lo menos. Feo como un demonio.

Pez piedra. Es un pez. Parece una piedra. Aún mas peligroso que el anterior, porque es venenoso, no se mueve y se camufla de miedo el condenado. Se distingue de las piedras en que tiene ojos que te siguen cuando pasas al lado, con mirada de odio asesino y sonrisa de «Ponme la mano encima que te va a llegar la gangrena hasta las rodillas». Feo como un demonio y malo como un dolor.

Pez payaso. Es un pez. No se parece lo mas mínimo a un payaso. Una vez me mordió uno. Muy famoso por lo de Nemo, pero bastante sosete en general.

Nudibranquio. Esto no se lo que es. Podría ser un pez, o una planta o un extraterrestre. Tiene el aspecto de una babosilla de bonitos colores con sus graciosos cuernecillos. Nunca he visto moverse a ninguno. Bonito e inofensivo. Dudosamente vivo.
También hemos visto tortugas, alguna serpiente marina y un par de tiburoncillos que, comparados con los Mihura del año pasado en Fiji, parecen gatitos caseros. Y basta ya de ciencia, vamos con la sección estelar
Reseña gastronómica
«Hay que sobrevivir» «Haz de tripas corazón» «Métete esto en la boca y piensa en los restaurantes de ramen de Kuala Lumpur en unos días»… Eso es lo que me digo cada noche sorbiendo las lágrimas mientras miro mi plato tristemente recolectado del buffet y los niños chinos corren alrededor de nuestra mesa tirándose del pelo. Hoy he cenado patatas fritas de las congeladas y mayonesa de bote, no os digo mas…
Bueno, mañana es nuestro último día de buceo, y nos llevan otra vez a Sipadán, a ver si hay suerte y se ha aclarado un poco la sopa marrón del mar. Pasado mañana tenemos descanso (no se puede bucear el día antes de volar) que aprovecharemos para ir al spa del hotel de al lado, que nos hacen descuento.
Selamat Malam, queridos y sorprendentemente numerosos lectores…
Venga manana nos toca buceo…. Os contare! Seguir informando 😘😘
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Y el chino muuuuuuy ratito tiene «dos ombligos» es súper grimoso!!!!
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Enhorabuena por el número de fans!!! Caramba!Ánimo con esa gastronomía de rancho!!!
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