Seul: Palacios, templos y comida callejera

안녕하세요 aaaa, compañeros, ¿como va eso?
(espero que alguien se esté tomando la molestia de seguirme el rollo con los saludos en coreano, porque si no estaré haciendo el torcuato de una manera…)

Esta mañana hemos sido buenos y disciplinados, y hemos conseguido llegar a desayunar a una hora en la que los camareros aun no te ponen mala cara. Vamos mejorando. Como seguimos un poco escasos de visitas culturales, teníamos pensados un par de monumentos, todos cerca del hotel y para ir andando, que hoy daban buen tiempo despues del tifón de ayer. Ya sabéis (y si no, os lo recuerdo yo) que alrededor del centro de Seul hay cinco palacios cinco, todos bastante cerca del hotel.

El que hemos ido a ver hoy se llama Deoksugung (덕수궁, para que nos entendamos) y, la verdad, me ha parecido exactamente igual que el que nos enseñó Mister Li el primer día. También hay ceremonia de cambio de guardia (un poco menos numerosa, por problemas de espacio), y soldados en la puerta con impecable aspecto marcial, impasibles ante las fotos de los visitantes. y con cara de tener un trabajo muy importante. Nótese tambien, por favor, que me he cambiado de camiseta despues de dos días. No me llaméis guarro, es que cuando se está de viaje tantos días hay que estirar la ropa todo lo posible…

Despues hemos ido a ver el templo de Jogyesa (lo que viene siendo 주지스님 인사말), que, si pones soldados en vez de monjes, es igual que el palacio. Un poco mas austero, y con gente rezando en lugar de niños de excursión, pero a grandes rasgos, lo mismo. De todas formas, en los templos budistas nos ha llamado la atención que pintan esvásticas invertidas en las fachadas, y no sabemos de dónde viene esto. A ver si luego echo un rato de wikipedia y me entero, porque seguro que la historia de cómo acabó éste símbolo, claramente muy antiguo, en dónde acabó debe ser curiosa.

Un poco cansados de la motonía de los monumentos, el siguiente paso era un sitio muy curioso llamado Bukchon Hanok Village, una antigua aldea tradicional mas o menos conservada, en la que, como no podía ser de otra forma, han montado una zona de compras. Cada casa que ves, se ha convertido en una tienda o en un restaurante, pero el caso es que les ha quedado bonito el barrio. Cómodo de andar y vistoso de ver.

El resto del día poca cosa, Elena se ha ido de compras para que yo pudiera echar la siesta agusto (¿o mas bien al contrario?), y hemos encontrado una terracita chula para el aperitivo de antes de la cena. En realidad, el punto fuerte del día ha sido, hoy sí por fin:

Celebración Gastronómica

La comida ha sido en plan callejero, primero en la aldea que os contaba nos hemos metido en un cuchitril pequeñajo donde daban dumplings, que son las famosas empanadillas al vapor de los chinos pero mas grandes, y mojadas en soja con aceite de chile rojo. Están buenísimas, valen cuatro duros y para matar el gusanillo a medio día van de miedo. Había un señor al lado (mesas comunitarias, como en una cervecería alemana) muy amable que nos ha pasado los platillos y las salsas y nos ha explicado, por gestos, como había que comerlas (lo de la soja y el chile). Como si fuéramos turistas, oiga…

Un rato despues hemos comprado unas empanadillas en un puesto callejero y nos hemos sentado a comerlas, con todo el morro, en la terraza del bar de enfrente, en dónde hemos pedido las cervezas en plan merendero. Las empanadillas, reguleras, no me han parecido gran cosa. 

Para la cena, por fin, hemos dado con las cantidades correctas en nuestra cuarta noche seguida de barbacoa coreana. Todo consiste en enseñarle la carta con fotos a la camarera (que, por supuesto, no habla inglés) e ir señalando las fotos con la carne mientras levantas dedos: «De esto, uno, de esto, uno, y de esto, dos») mientras sumas mentalmente los pesos en gramos, que vienen en el menú. Además, para completar, es costumbre pedir un mejunje llamado bibimbap, que es un cuenco con arroz y cosas desconocidas (casi siempre picantes) que se trae a la mesa hirviendo. Hoy hemos cenado bien. Por cierto, habréis notado, (seguro, menudos linces sois) la falta de referencias a la cerveza coreana, y la razón principal es que es, en general, una birria. La mas abundantes se llama Caas, y es tan floja que casi hay que escanciarla como si fuera sidra para que no se muera nada mas servirla. Hay una, un pelín mejor llamada Kloud, que al menos es de tirador, aunque en cuanto se calienta es imbebible. La mejor de aquí que hemos probado hasta ahora se llama 7brau, mas fuerte y oscura, aunque no la tienen en casi ningún sitio…

Vease carta de cervezas de la terracita del aperitivo aquí abajo para hacerse una idea de las dificultades de comunicación inherentes. Los tíos lo ponen en coreano y al lado en japonés, y hay que andar haciendo gestos para que te entiendan. Y eso que es una zona turística. Ah, las aventuras, ¿que serían los viajes sin ellas? Un aburrimiento…

Mañana no tenemos plan, al menos nada concreto mas allá de no llegar muy tarde al desayuno. Igual, si no llueve, nos recorremos otra vez las 20 estaciones de metro hasta Gangnam por la tarde y hacemos un recorrido de bares y restaurantes, que el barrio tiene una pinta de marcha fenómena…

En fin, 좋은 밤 y 내일 친구까지

2 comentarios sobre “Seul: Palacios, templos y comida callejera

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  1. Lo del símbolo de la esvastica al revés viene de la tradición budista la India esta llenita de ese símbolo, que luego cogió ese del bogitito para hacerlo símbolo nazi, pero el original es budista, de ahí que esté en todos los templos….

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