Miami, calor y turistas

Queridos lectores, habréis notado que ayer no hubo post, y se que lo habréis notado porque he descubierto, no sin cierta sorpresa, que aun hay alguno que sigue este vuestro modesto blog, de lo cual me congratulo y felicito… Vamos al tajo

Ayer volamos de Caiman a Miami, un vuelo corto (de apenas una hora y diez minutos) que nos quitó prácticamente el día entero, debido sobre todo a los absolutamente desmesurados controles de seguridad que los americanos hacen a todo pasajero que vuele a los Estados Unidos desde cualquier sitio mas o menos exótico. Registro minucioso y exhaustivo de equipaje de mano (incluso despues de pasarlo por el escaner), prueba de restos de drogas en zapatos y manos, apertura aleatoria de maletas en cuarto cerrado con negro enorme hurgando, y, nuevamente, parando a la gente despues de pasar la puerta de embarque (y de camino al avion en la pista) aleatoriamente para otro registro de equipaje de mano. Terrible. Sólo les ha faltado el guante quirúrgico y la vaselina…

Al llegar a Miami, hay que hacer cola durante mas de una hora para pasar el control de pasaportes mas ineficaz que he visto en mis numerosos viajes, peor y mas cutre que el de Manila o el de Honduras, que hasta ahora iban ganando. Tercermundista. Mas colas en la aduana, mas colas en donde el alquiler de coches… Total, que nos costó tres horas tres salir del maldito aeropuerto. Conseguimos llegar por nuestra cuenta al hotel de Miami sin demasiados contratiempos, a pesar del demencial GPS del coche de alquiler, que parece diseñado por marcianos. Prácticamente inmanejable…

Eso sí, el hotelito donde nos han traído nos ha encantado. Se llama Standard Spa Miami Beach, y es todo lo contrario a lo que uno esperaría de un hotel urbano. Casi parece uno de esos hoteles rurales con encanto que descubres de vez en cuando, lleno de detalles originales. Hay una bañera antigua en la puerta de la habitación, no te digo mas. El restaurante está en una terraza frente al mar, y tienen embarcadero en dónde la gente rica amarra el barco para venir a cenar. Muy pijo el sitio, y nos han contado además que por la noche se transforma en bar de copas de ambiente… Sí tiene pinta de fashion viendo la clientela de las mesas de al lado tomando cócteles: Todos jóvenes, delgados, elegantes, blancos y ricos 🙂

Hoy nos han llevado a hacer turismo por la ciudad, un saludo desde aquí a mi primo Javier que, el hombre, se ha tirado desde las 10 y media de la mañana y hasta las 5 de la tarde dándonos vueltas en coche por todas partes. Nos ha enseñado Ocean Drive, que es la calle paralela al mar dónde los edificios art deco de las películas, por la que la gente se pasea enseñando el ferrari y las pandillas de  moteros vestidos de ángeles del infierno dan vueltas con la Harley en formación de combate, pasando por la mansión dónde se cargaron a Versace. Hemos comido en Cayo Vizcaíno (dónde el torneo de tenis) en un argentino bastante bueno.

Por la tarde hemos liberado a nuestro guía y nos hemos recorrido de punta a punta la zona comercial de Lincoln Rd Mall, una calle peatonal llena de tiendas y turistas españoles, bajo un sol implacable y una humedad del 100000 por cien. Apenas hemos comprado nada, la verdad es que estábamos aplastados y con la cabeza puesta en la prometedora piscina del hotel. Piscina que, aparte de tener el agua caliente despues de todo el día recociéndose bajo el clima tropical, tiene música que se oye debajo del agua. Bonito detalle que no aporta absolutamente nada, pero que da una idea del nivel de pijerío. Como durante las cervezas de despues del baño se ha puesto a llover, hemos decidido quedarnos a cenar otra vez en el hotel. Me han traído un trozo de carne bastante notable, de corte argentino. Han tenido al menos el detalle de traer el ketchup en botecito aparte, porque juntar ese brebaje con la carne hubiera sido imperdonable.

Igual mañana vamos de excursión para aprovechar un poco el coche de alquiler que lleva dos días tranquilamente aparcado en el parking del hotel. Ya puedo decir que he estado en Miami Beach y no he visto la playa…