Buceando en las Caiman

Decía Camilo José Cela que eso de la inspiración era una chorrada, que cuando no sabía qué escribir, se quedaba pensando hasta que se le ocurría algo. Eso debió pasarle unas cuantas veces porque, por muy premio Nobel que fuera, escribía unos ladrillos insoportables… Hoy me veo frente a la hoja en blanco en la misma situación, debido a la ausencia de anécdotas graciosas sobre el muy poco exótico destino de este año. Para empezar, apenas hemos salido del hotel aún, y el breve paseo hasta el centro de ayer por la tarde no da para mucha chicha. Lo curioso es que el bar del hotel, bautizado como «My Bar» (anda que se lo han currado con el nombre) según se dice en Internet, es el mejor bar de la isla, y hemos visto que hay bastantes residentes locales que vienen a tomarse algo y cenar mientras contemplan pensativos la puesta de sol y repasan las operaciones financieras del día. Los «residentes locales» parecen ser todos americanos, blancos, gordos, viejos y ricos, como era de esperar en el mayor paraiso fiscal de la zona. Poca crónica costumbrista va a haber este año, pero en fin…

Al menos el buceo es bastante divertido, y hoy ha sido mucho mejor que ayer. Como os contábamos, es un hotel especializado y dirigido a buceadores. Organizan salidas por las mañanas igual que en todas partes, con su barco grande y cómodo, sus guías simpáticos y sus inmersiones selectas. Nos han llevado a un sitio llamado «Devil’s Grotto» muy chulo, lleno de cuevecillas por las que colarse. Sin embargo, la razón por la que hemos venido aquí es la política de buceo libre ilimitado que tienen. A lo largo de todo el día, uno puede simplemente coger una botella de aire y echarse al agua. Enfrente mismo del hotel tienen un par de atracciones turísticas, entre ellas una estatua de una sirena de la que os hablábamos ayer. Disculpad el color de la foto, a pesar de habernos hecho el curso correspondiente de fotografía submarina, nuestros problemas técnicos con las cámaras son tremendos. Los videos tienen mejor pinta, ya mandaremos los enlaces al youtube.

El caso es que como la estatua la habíamos visto ayer, el objetivo hoy era ver un barco hundido que, según el mapa que tienen en el centro de buceo, es muy fácil de encontrar. Nos dijeron que llegáramos a la sirena y que siguiéramos la dirección de su mirada, que estaba colocada a propósito. No tiene pérdida… Ya os podéis imaginar el resultado, 20 minutos despues estábamos mas perdidos que Marco buscando a su madre. Del barco sólo hemos visto un ancla en el fondo, pero el resto nada… Ya volveremos a intentarlo.

¿Cuál es el objetivo real del buceo? Pues el mismo que el de cualquier otro deporte: La cervecita de despues. Aparte de emponzoñar la carta con Heinekens, Coronitas, Budweisser y guarradas por el estilo, en el bar hay un par de marcas locales relativamente buenas. Tienen una pilsener rubia llamada Caybrew que para cuando hace mucho calor está muy bien. Por la noche, es mejor una pinta de una tostada de nombre Ironshore Bock Dark bastante potente. Todo ello en la bonita terraza del bar, de la que adjunto foto en el momento de Elena perdiéndose la puesta de sol 🙂

Reseña Gastronómica
Recuperamos hoy esta popular sección del blog con las aventuras y desventuras a la hora de comer. El hotel tiene dos restaurantes, pero para el caso podría tener 20, porque la carta en los dos es la misma. Aparte de menú de snacks (dirigido a la numerosa clientela yanki incapaz de probar cualquier cosa que no conozcan previamente) a base de hamburguesas y pasta, y algunos platos de pescado al estilo caribeño que aun no nos hemos atrevido a pedir, el sitio está especializado en comida hindú. Sí, hindú de la India, por extraño que parezca. El caso es que le hemos dado una oportunidad y tienen el detalle de preguntarte si la quieres floja, media o fuerte, refiriéndose a la cantidad de especias y picante. Si la pides floja es bastante comestible, hoy hemos probado un cordero nosequé que no estaba mal. El arroz con pollo tindoori de fuerza media es considerablemente asqueroso…

Mañana vamos de compras al pueblo, que ayer vimos un par de tiendas de aspecto prometedor. Si veo algún empresario famoso con maletín entrando en el banco os lo comento. Saludos desde el Caribe

Luis y Elena

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