Buceando en Indonesia: Tortugas y mercadillos

Bueno, bueno, ya nos va quedando poco de vacaciones. Dos días mas aquí, uno en Singapur y el día 16 estaremos de vuelta. Se habrán acabado las vacaciones, pero a cambio empezamos el veraneo 🙂 .Vamos con la dura tarea diaria

Hoy nos han llevado a bucear al Parque Nacional de Bunaken, que es la isla que se ve al fondo detrás de ese vigoroso atleta. Es un volcán (la isla, no el atleta) y la verdad es que no entiendo porqué no lo tienen encendido cuando van turistas, con lo vistosos que resultan, porque apagados son mucho mas sosos… Hoy nos habían prometido bicherío grande y consistente, y aunque no hemos visto ballenas ni cachalotes, sí hemos estado con tortugas y peces napoleón de considerable tamaño y temible aspecto. Entre tortuga y tortuga, a los de aquí les puede la querencia y andan pegando las gafas a las piedras y los corales para enseñarte mierdecillas minúsculas ante las que asientes como poniendo cara de admiración para no quedar como un paleto ignorante. He visto hoy una especie de araña submarina de milímetro y medio de larga que debe ser una cosa muy especial, pero si la veo en una playa la aplasto.

La novedad técnica que llevamos este año es un filtro para la cámara submarina que evita que todo se vea azul verdoso desenfocado, y la verdad es que ha funcionado bastante mejor de lo que esperábamos, teniendo en cuenta la camarita de turistas que llevamos. Adjunto ejemplo de un pez globo (creo que es un pez globo, pero si algún lector mas listo que yo me dice que es, no se, un pez zapato o un pez gintonic no lo discutiré) El motivo de poner esta foto es que la he hecho yo, y para tener unos conocimientos sobre fotografía ridículos (sólo uso un botón de la cámara, el resto no me atrevo a tocarlos no sea que se autodestruya) no me ha quedado nada mal.

Entre inmersión e inmersión nos ha pasado lo último que nos podía pasar ya este viaje: Mercadillo a bordo. Resulta que hay una señora (a la que nuestros compañeros buceadores llaman «Lady Shopping» y conocen desde hace tanto tiempo que este año le han traído de regalo un gorro del Corte Inglés) que se desplaza en la endeble barquichuela de la foto y va subiendo a bordo de los barcos de los turistas. Lleva dos bolsones enormes y en un pis pas te monta la tía un mercadillo de camisetas, pulseras y souvenirs que es una risa. De verdad que es lo que me faltaba por ver: Mercadillo móvil flotante. Por supuesto que hemos comprado cosas, no se puede desaprovechar la oportunidad de ir de tiendas, especialmente si es la tienda la que va a tí…

Por último, para cerrar el capítulo submarino, una foto de un pez payaso («Nemo») posando graciosamente junto a su anémona. En segundo plano pueden apreciarse dos ejemplares de buceadores turistas haciendo el idiota. Parecen estar pensando «ya verás cuando nuestros amigos vean esta foto en el blog, van a flipar», sin sospechar que, en realidad, lo que están haciendo es un ridículo espantoso. Que alguien le diga al de la izquierda que por favor se ponga una gorra para bucear porque lo de la calva ya clama al cielo. El rictus de la de la derecha se supone que es una sonrisa, aunque parezca que está en el dentista. Reiros, reiros, no sabéis lo difícil que es salir guapo en una foto debajo del agua…

Reseña Gastronómica Por petición popular (una sola petición, pero no se lo digamos a nadie), recuperamos hoy esta sección tan exitosa. Hoy hemos cenado en el «otro» restaurante del hotel, llamado «Jungle Restoran» (tal como lo leeis). Es dónde sirven las delicatessen locales de serpiente, murciélago y rata, aunque esta vez hemos tenido sentido común y hemos pedido comida normal. Los muy canallas tienen el restaurante arriba de la montaña, y para llegar hay que subir nada menos que 146 escalones. Llegas arriba jadeando como un perro. Te traen la comida toda a la vez (menú cerrado), consistente en unos langostinos como a la plancha (reguleros), unos calamares como en su tinta (con la consistencia de un chicle pisado en la acera hace dos días), un pescado a la brasa (sorprendentemente bueno), un pollo en salsa extraña (pichis) y ternera como la de los chinos pero con sabor de aquí, prácticamente incomible. Menos mal que había un cumpleaños y nos han invitado a tarta que si no hubiéramos pasado hambre. Esto de viajar está muy bien, pero no veas las ganas que tengo de apretarme una caldeirada de pescado del Moscón de Bayona…

Mañana vamos a hacer «muck diving» que consiste en arrastrarse por la arena del fondo del mar buscando formas de vida absurdas. Seguiremos informando