De Phnom Penh a Angkor: Tarántulas y Monjes

Su-sa-dey queridos lectores
Bueno, bueno, menudo dia de cachondeo hemos tenido hoy. Dejamos Phnom Penh a las 7 y media de la mañana, rumbo al norte hacia Siem Reap, cerca de la frontera con Tailandia. Según nuestro programa, el viaje debería llevar 5 horas (vamos, un Majadahonda-Bayona rutinario), pero al final han sido unas 7. Afortunadamente, las hemos pasado casi todas durmiendo, así que no ha sido tan duro como parece. Eso sí, los ratos despiertos han sido emocionantes. Para empezar, aquí conducen en modo «Sálvese quién pueda», esto es, cuando vas a adelantar a alguien, le pitas para que deje de hablar con el movil, mire el retrovisor y se aparte un poco, que si no, no hay manera de caber entre él y el camión que viene de frente esquivando a la moto cargada con 7 colchones (literalmente). Una risa, vamos…

La primera parada ha sido en una especie de bar de carretera con mercadillo en el aparcamiento, en un pueblo al que el amigo Thie ha llamado «Spider Village». El bonito nombre viene de que es ahí dónde se comen las tarántulas. Bueno, las tarántulas y las larvas de los gusanos de seda, las ranas, los saltamontes y, oh delicia entre las delicias, las cucarachas. Adivinad quién ha probado de todo… No las cucarachas, que eran muy grandes y de un bonito color marrón, pero mi señora no sólo ha probado todo lo demás, sino que le han gustado tanto las tarántulas (una de las cuales, viva, se ha paseado por su mano como parte de la atracción turística) que le ha pedido a Thie que le comprara una entera para comérsela ella solita. Asqueroso…

Unas cuantas horas mas tarde hemos llegado a Siem Reap y nos hemos despedido de Thie (con grandes muestras de cariño e intercambio de tarjetas) porque cambiamos de guía. Nos ha tocado una chica menudilla y simpática que no me acuerdo como se llama y a la que no se le entiende nada porque solo lleva unos meses estudiando inglés. Ésta, al menos, nos ha dejado un rato en el hotel para darnos una ducha y cambiarnos despues de todo el día en la carretera, y nos ha llevado a ver monumentos. Esto último lo relataremos mañana, mientras encuentro las palabras adecuadas para contar lo que he visto. Vamos con el cachondeito generado por el choque cultural…

Despues de ver un par de templos (siglos IX y X) nos cuenta que, según el programa que ella tiene, nos toca un paseo en carro de bueyes. Vale, muy bien, estupendo. Si hay que hacer el turista, hagámoslo hasta los codos. Despues del helicóptero y el submarino, un carro de bueyes era el último medio de transporte que me quedaba por probar. Nada, todo sea por vivir nuevas y emocionantes experiencias. Nos montamos en el carro (espalda contra espalda) y nos dedicanos a saludar a los niños de los aldeanos que salen al camino a reirse de los turistas. Hasta que nos hemos cruzado con un grupo de turistas que iban en quad…. ¿Pero como podemos ser tan mendrugos? ¿Con qué agencia viajan estos? Mientras nosotros hacemos el torcuato en un carro de bueyes, ¡¡¡la gente va a ver templos en quad!!! Indignante, me van a oir…

La última parte del programa era una visita a un templo budista para recibir la bendición de un monje. Bien, me he dicho a mi mismo, las bendiciones siempre son buenas, como su propio nombre indica. La guía incluso llevaba la consiguiente cesta de regalos (parecida a una cesta de navidad) con artículos de primera necesidad (los monjes budistas tienen prohibido poseer nada) como jabón, pasta de dientes… Bueno, pues nos metemos (descalzos) en la casa de los monjes y nos recibe el individuo de la foto que, entre grandes ceremonias, nos invita a sentarnos en la alfombra frente a él. Mientras yo me preguntaba si podía o no sentarme con las piernas cruzadas, no sea que mostrarle la planta de los pies fuera considerado un insulto, de repente suena un movil. ¡¡¡El monje tiene móvil!!! ¿Pero esto que es?… Pues el tío se mete la mano debajo de su humilde túnica (y a menos que las túnicas de monje budista tengan bolsillo interior, no quiero ni pensar dónde debe guardarlo), saca un nokia de la época colonial, y responde algo así como «luego te llamo, que estoy bendiciendo» pero en camboyano… Claro, el momento móvil le ha quitado todo el glamour a la ceremonia, así que el rollito «hisopo improvisado con alcachofa silvestre para salpicar al turista con agua bendita» no le ha quedado muy creíble…

Despues, bañito en la piscina del hotel y cervecitas mientras blogueamos. Mañana tenemos maratón de templos, pero si son sólo un poco mejor que los que hemos visto hoy, va a ser alucinante. Os dejo un anticipo

9 comentarios sobre “De Phnom Penh a Angkor: Tarántulas y Monjes

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  1. Fuera broma, palabra de honor que la tarántula estaba muy buena, la rana bah, y el gusano de seda bastante insípido…. Estoy pensando en la dieta de la proteína basada en las arañitas… ¿Alguien se animaría o sois todos una engarniaos? Rico, rico…

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  2. ¿Realmente sabea pollo,como dicen todos los que se atreven a comer tan suculento manjar? ¿o es más una leyenda urbana?Elena, no te puedes volver a España sin comer cucarachita rica, rica, sabrosa pero viscosa, como diría Pumba. Aquí seguro que no te las fríen igual, con su salsita y su exótico acompañamiento.Saludos Joaquín

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  3. Hola Joaquin, pues no se si a pollo, pero no era un sabor nada desagradable, animalito, cubierta de una salsa agridulcepicantilla… Poco parecido le he sacado a nada.. Lo de las cucas, si me las hacen sin ajo,,, y esto se resume con lo que decía mi bisabuela: pobre del animal que entra en el cuerpo de otro! Besos

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  4. Me encantan tus crónicas, Luis… Son adictivas. Respecto al guiño gastronómico de hoy, me reservo. Los niños se han quedado mudos.Ah! me gustaría haber conocido a Thie, seguro que era un tipo encantador.Seguid con vuestras aventuras, y contándolas , claro!!BesosVicky

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  5. Qué genial las historias de hoy, Luis. Me has hecho reir un montón. Te superas cada día. No quiero ni imaginar la cara de Luis en el momento visualización de quads… lo de las taranatulas, ya quedaremos un día en La Renta tomando una aceitunas, que esas no tienen patas pero mucho colesterol. Y lo del movil del monje, vaya momentazo también!!! un beso fuerte a los dos. Gemita.

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  6. Hombre!!! Habeis tomado marisco terrestre!!! A ver si localizo por aqui algun octopodo y lo echo en la cazuela.Lo del paseo en carro seguro que es solo para los portugueses, irlandeses, griegos y españoles… Vamos para los de los PIGS. Teniais que haberos hecho pasar por alemanes para poder acceder al quad…

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  7. Tremendo momento el del móvil, si, jajaja. Entre lo del quad y esto, creo que tu credibilidad a esto del budismo, o religión en general, se ha quedado en «ná», si es que alguna vez la tuviste.Helen?…a las tarántulas le quitan los pelos antes de cocinar?…Es que me imagino quemándonos como hacían las madres con el pollo…

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